San Cono nació en el Siglo XlI en un pequeño pueblo de la provincia de Salerno, Italia, llamado Teggiano. Sus padres—los Indelli—suspiraban por la llegada de un hijo que se hacia esperar. La leyenda consigna que una noche los esposos tuvieron un mismo sueño. Del seno de Igniva—ese era el nombre de su madre—brotaban llamaradas. Un sacerdote interpretó la visión anticipando a la madre que a pesar de ser de avanza da edad, tendría un hijo que sería la gloria de su pueblo. "Algo perfecto", eso es lo que significa el nombre de "Cono"; y ese fue el nombre que sus padres le pusieron al niño, felices del acontecimiento. La riqueza de su casa, no alteraba la gran religiosidad de sus padres, y en tal ambiente Cono sintió despertar desde muy pequeño su vocación de santidad. Tempranamente decidió solicitar el ingreso al monasterio benedictino de San Nicolás, pero el Superior, conociendo los desvelos que los padres tenían por aquel único y tardío hijo, no lo aceptó. Sin embargo, Cono ardía de impaciencia por retirarse al monasterio. Tanto es así que se presenta en uno de una
ciudad más alejada, de incógnito. Sus padres lo siguen y lo reclaman y él se esconde en el horno de pan del monasterio de Sta. María de Cadossa. Al salvarse por verdadero milagro de morir quemado, sus padres aceptan su llamado vocacional. El joven benedictino fray Cono, no cesa de orar y trabajar en las labores más humildes: cocina, barre, atiende la huerta. Un atardecer de verano aquel frágil morje que aún no contaba con 20 años recibe un misterioso mensaje: "Esta noche Dios te llamará". Así sucedió, en la madrugada del 3 de junio de un año de comienzos del siglo XII San Cono moría serenamente. EI 27 de setiembre de 1261, los dos pueblos cercanos se disputaban los restos del monje benedictino. Finalmente deciden ponerle en un carro y dejar que los bueyes decidan el camino. El rumbo fue el pueblo de Teggiano natal y ante la iglesia de su infancia los bueyes se echaron. Quien primero lo reconoció santo fue el pueblo mismo: en la Iglesia de la Anunciata se encuentra una campana de 1333 con la inscripción "San Cono". Sin embargo recién es canonizado, en 1871 por el Papa Pio IX. Fueron los emigrantes teggianenses quienes llevaron su culto a varias regiones del mundo. Hoy se lo venera, además que en Teggiano y Florida (Uruguay), también en Nueva Orleans (Estados Unidos) en Australia y en Argentina.
San Cono en Florida (Uruguay):
En 1882 la colectividad italiana de Florida encomendó al Sr. Blas Aloy para que fuera a Teggiano y así traer una reproducción de la imagen de San Cono. En 1883 ya se empezó la construcción de la capilla en honor al Santo.
Los inmigrantes italianos habían sido fuertemente marcados en su niñez por la devoción a este Santo, protector, contra pestes, guerras, terremotos. Trajeron una escultura de San Cono tallada en madera y la colocaron en una modesta Capilla.
Todos los años el 3 de junio se celebra la Fiesta del Santo, en un marco religioso-popular, que convierte al Templo y sus adyacencias en una verdadera romería.
Llega a Florida una multitud de peregrinos provenientes hasta de los lugares más lejanos de Florida, incluso algunos del exterior, fundamentalmente de Argentina. La Fiesta se prepara con un novenario del que participa un nutrido grupo de fieles. Una Comisión descendiente de los primeros inmigrantes italianos cuida celosamente la Imagen y la Capilla.
El Templo ha sido remodelado, adornado con pinturas que representan los milagros del Santo. Hay que destacar los innumerables testimonios de gratitud: escritos, cuadros, motonetas, bicicletas, guitarras, trajes de novias etc. guardados en amplias vitrinas.
La popularidad de este santo es debida a que es considera do como el patrono de los "quinieleros" e invocado para tener suerte en todos los juegos de azar y en forma más general para conseguir dinero. Su culto en Uruguay, está oficializado como memoria obligatoria el 3 de junio. Mas datos: aquí.
Claudia
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