Nuestra Señora de Akíta - 6 de julio

Sor Agnes Katsuko Sasagawa, una residente de la Eucarístia de la isla japonesa de Honshu, cuenta que un 6 de julio de 1973 fue testigo de un acontecimiento sorprendente: del sagrario de la capilla vio salir una intensa luz y la presencia de angeles llenó el lugar. Según su testimonio dos semanas después recibió un estigma en forma de cruz en una de sus manos. Aunque el dolor era intenso, ella continuo con sus labores, pero el 6 de julio un angel se le aparecio pidiendo oraciones por la redención de los hombres cuyos pecados herian a la Virgen, y la condujo hacia la capilla, donde encontró herida la imagen de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, con el mismo estigma que tenia en sus manos.
Recibió Sor Agnes (que era sorda) el primer mensaje. La imagen le hablo con una voz de una belleza indescriptible. Nuestra Señora le pidió orar mucho, sobretodo por el Papa, los obispos y sacerdotes, al tiempo que le prometia curación a su sordera. Ese mismo dia la herida de la estatua comenzó a sangrar y se produjo el primer milagro constatado.
En su cuarto y ultimo mensaje la Virgen reiteraba el anuncio de castigo que el Padre haria sufrir a los hombres, habló de la acción del demonio en el seno de la misma iglesia; división, abandono de vocaciones, menosprecio de aquellos religiosos que honren a la Virgen en todo su significado.
El 29 de agosto de 1973, dia del último de los 4 sangramientos de la Virgen, la santa imagen empezó a sudar gotas de un efluvio dulcemente perfumado.
Un año despues, en 1974, Sor Agnes fue aliviada de su sordera, pero no fue hasta el dia de Pentacostes de 1982 donde sano de forma definitiva durante la eucaristía.
A partir del 4 de enero de 1975 y hasta el 15 de septiembre de 1981, la estatua lloró 101 veces.
En 1984 monseñor John Shojito Ita reconoció el caracter sobrenatural de las apariciones y autorizó su veneración en la misma capilla donde apareció, y donde afirman, aún se siente su presencia envuelta en aroma de rosas.

Foto ext. de aquí.