Lucía de Jesús
Nació el 22 de marzo de 1907, en Aljustrel, perteneciente a la parroquia de Fátima.
El día 17 de junio de 1921 ingresó en el Asilo de Vilar (Porte), dirigido por las religiosas de Santa Dorotea. Después fue para Tuy, donde tomó el hábito y le pusieron el nombre de María Lucía de Los Dolores.
Hizo su profesión religiosa de votos temporales el 3 de octubre de 1928 y el 3 de octubre 1934 los perpetuos. En el día 24 de marzo de 1948 ingresó en el Carmelo de Santa Teresa en Coimbra, tomando el nombre de Hermana María Lucía del Corazón Inmaculado. En el día 1 de mayo de 1949 hizo sus votos solemnes.
Fue llamada a la Casa del Padre el 13 de febrero de 2005.
Francisco Marto
Nació en Aljustrel, Fátima, el 11 de Junio de 1908.
Su gran preocupación era la de “consolar a Nuestro Señor”. El Espíritu de amor y reparación para con Dios ofendido, fueron notables en su vida tan corta. Pasaba horas “pensando en Dios”. Según su historia, el pequeño Francisco pasaba largas horas "pensando en Dios", por lo que siempre fue considerado como un contemplativo.
Sus restos mortales quedaron sepultados en el cementerio parroquial de Fátima hasta el día 13 de marzo de 1952, fecha en que fueron trasladados para la Basílica de Cova da Iria.
Jacinta Marto
Nació en Aljustrel, Fátima, el 11 de Marzo de 1910. Fue bautizada el 19 de Marzo de 1910. Víctima de la neumonía cayó enferma en Diciembre de 1918. Estuvo internada en el Hospital de Villa Nueva de Ourém y por fin en Lisboa, en el hospital de D. Estefanía donde murió a las 22.30 horas del día 20 de Febrero de 1920.
Más allá de las 5 Apariciones de la Cova de Iría y 1 de los Ángeles, Nuestra Señora se le apareció a Jacinta 4 veces más en casa durante la enfermedad, 1 en la Iglesia Parroquial en un jueves de la Ascensión, y aún en Lisboa en el Orfanato y en el hospital.
Su vida fue caracterizada por el Espíritu de sacrificio, el amor al Corazón de María, al Santo Padre y a los pecadores.
Llevada por la preocupación de la salvación de los pecadores y del desagravio al Corazón Inmaculado de María, de todo ofrecía un sacrificio a Dios, como les recomendará el Ángel, diciendo siempre la oración que Nuestra Señora les enseñará: “Oh Jesús, es por nuestro amor, por la conversión de los pecadores (y acrecentada, por el Santo Padre) y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María".
Ext. de aciprensa
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Viele Grüße von Crissi
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