
Su fama como centro de fe y del patriotismo polaco se puso de manifiesto en 1655 durante la heroica y victoriosa resistencia de Jasna Góra ante el ejercito sueco que invadió Polonia.
Este triunfo llevó a que en 1656 el rey Juan Casimiro declarara el país bajo la protección de la Virgen María, Reina de Polonia cuya fiesta se celebra el 26 de agosto.

Las peregrinaciones al santuario representaron la unidad del pueblo polaco en 1981 durante la llamada Revolucion Pacifica, con la que Polonia dejó atras al regimen comunista.
La elección de Karol Wojtyla como papa Juan Pablo II intensificó las peregrinaciones que actualmente congregan a millones de personas y a un centenar de nacionalidades.
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