
La niña observó que la Virgen llevaba un rosario colgado del cinto, entonces buscó su rosario y se puso a rezar mientras contemplaba la aparición.
La Virgen le hizo señas para que se le aproximara, pero al pedir permiso a su madre, esta se lo negó. Cuando Mariette regresó a la ventana, la Virgen ya había desaparecido.
Mariette conto todo lo sucedido a su hermano Julien, a su padre, a su mejor amiga, y finalmente al sacerdote del pueblo, pero ninguno fue receptivo, y el mismo sacerdote le pidió que no comentara con nadie el incidente.
Los milagros se producian cada vez más mientras la Virgen continueba revelandose. La última y octaba de las apariciones tuvo lugar el 2 de marzo de 1933.
En el jardín de la familia Beco, donde se apareció por primera vez, se construyó una capilla que todavia atrae a los peregrinos y a unos 100 metros se encuentra una estatua de la Virgen, sobre el manantial que ella reservó a todas las naciones para aliviar el sufrimiento de los enfermos. La fuente recuerda a los creyentes el sacramento del bautismo.
Su fiesta se celebra el 15 de enero.
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