¡Oh Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de Dios y Madre nuestra! Acudimos a ti con humildad y fe, postrados ante tu imagen milagrosa en el Tepeyac. Tú que apareciste para mostrar tu amor y consuelo, escucha nuestra oración.
Madre amorosa, intercede por nosotros ante tu Hijo Jesús. Cubre a nuestras familias, nuestra nación y el mundo entero con tu manto protector. Guíanos en nuestro camino, danos fortaleza en las pruebas, paciencia en la adversidad y esperanza en la oscuridad.
Tú que eres nuestra salud y nuestra alegría, ayúdanos a levantarnos del pecado, a ser más amables y a llevar la paz de Jesús a nuestros corazones. En tus manos encomendamos nuestras vidas, nuestros sueños y preocupaciones. Nunca nos abandones, guíanos hacia la salvación eterna.
Amén.
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