Fué el primer obispo, fundador del clero nacional y es considerado el padre de la Iglesia en Uruguay.
Nació en el Océano Atlántico en el barco que llevaba a su familia desde Canarias a Uruguay en 1813. Sus padres, Gerardo Vera y Josefa Durán, provenían de Lanzarote (Islas Canarias).
Fue bautizado durante una escala del barco en Nossa Senhora do Desterro, en la Isla de Santa Catarina, (Brasil). Luego de unos años, él, sus padres y sus hermanos continuaron el viaje hacia Uruguay.
Vivieron unos seis años en una chacra arrendada entre San Carlos y Pan de Azúcar. Posteriormente compraron una chacra en la zona de Toledo (Canelones).
En 1832 sintió la vocación sacerdotal. Estudió como pudo con sacerdotes y de 1836 a 1841 fue alumno de los PP. Jesuitas en Buenos Aires.
Fue ordenado sacerdote el 28 de mayo de 1841 por Monseñor Mariano Medrano y ofició la primera Misa el 6 de junio en la Iglesia de las Catalinas de Buenos Aires. Regresó al Uruguay, destinado a teniente Cura de Nuestra Señora de Guadalupe en Canelones.
Una confrontación con los masones - y con la autoridad pública - surgió en abril de 1861. Al no querer enterrar con rito católico al Sr. Jacobsen, que murió declarándose masón, un grupo de la franco-masonería quiso imponer su entierro en el cementerio católico. Hubo muchas acusaciones y se llegó a un arreglo por el cual, se dictó una norma para cementerios, se eligió el capellán católico y Vera ordenó que - dado que se enterraban algunos no católicos en el cementerio católico - desde entonces se bendijera cada una de las tumbas.
Apoyó ampliamente el retorno de los PP. Jesuitas al Uruguay, que se instalaron definitivamente en Montevideo el 3 de septiembre de 1872. Propició la presencia de los PP.Salesianos en el Uruguay, cuyo primer grupo llegó el 26 de diciembre de 1876. .Mantuvo correspondencia epistolar con San Juan Bosco, quien lo apreciaba mucho.
El 15 de julio de 1878 fue proclamado primer obispo de Montevideo. El 16 de diciembre de 1878 bendijo la primera piedra del Seminario Conciliar de Montevideo, encomendado a la Compañía de Jesús, que recibió sus primeros alumnos en 1880. La institución continuó posteriormente como Colegio del Sagrado Corazón, y, aparte, como Seminario Interdiocesano Cristo Rey.
Durante una misión, falleció en Pan de Azúcar (Maldonado),el 6 de mayo 1881. Sus funerales fueron la manifestación más grande de la época. En poco tiempo, por suscripción popular, se levantó el hermoso monumento funerario en la Catedral de Montevideo. Murió con fama de santidad y fue elogiado por hombres de todas las posiciones, aún por sus adversarios, como hombre íntegro, de gran virtud, generoso, Padre de los pobres, a quienes entregaba todo lo que tenía. Fue la persona más conocida y querida por el pueblo en el Uruguay de la segunda mitad del Siglo XIX.
Con el título de Siervo de Dios prosigue su causa de canonización y es conocido y venerado actualmente en todo el Uruguay.
Tras un largo el estudio de las virtudes heroicas, Jacinto Vera fue proclamado Venerable por el papa Francisco en mayo de 2015.
Su hermana María de Vera y Durán donó los terrenos para la población de San Jacinto (Canelones), que fue denominada así en honor al obispo.
En diversos lugares se recuerda su presencia, como el Museo Jacinto Vera en Pan de Azucar o en la Iglesia Catedral de Canelones donde se depositaron sus vísceras y en el atrio hay una estatua de pie, de tamaño natural inaugurada en 2013, con una placa que recuerda el bicentenario de su nacimiento.
Museo en Pan de Azucar
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